sábado, 28 de marzo de 2009

Sin alarmas ni sorpresas

Qué nuevo se puede decir de Radiohead que no haya sido mencionado antes. Si desde que supimos que estarían en nuestro país fuimos concientes de que se trataría de una oportunidad única, que la largar espera por más de una década terminaría este 26 y 27 de marzo de 2009, que sin duda sería uno de los espectáculos más completos que veríamos en nuestras vidas.

Y así no más fue.

Tuve la suerte de ver el show del viernes 27 en una Pista Atlética repleta y ansiosa. Hablo de suerte porque ver una presentación de los de ingleses que comienza con “Creep” es presenciar algo pocas veces visto (casi inédito diría, estoy reporteando) o que por lo menos no se había dado en su primera gira por Latinoamérica (México-Brasil-Argentina-Chile)

Pero más allá de las canciones, lo de Radiohead es oficio. Ellos pueden pasearse por distintos pasajes de su carrera (aunque siempre teniendo muy presente su In Rainbows) pero mantienen un hilo conductor que cruza su presentación. Saben quiénes son y lo que buscan artísticamente, lo que les permite ser coherentes en su despliegue. Con roles definidos: con Phil Selway y Colin Greenwood como base rítmica sólida; dejando a Ed O’Brien como el guitarrista sobrio y encargado de relacionarse con el público. Y ni hablar del show individual de Jonny Greenwood y ese carismático-freacky-looser que es Thom Yorke. Ellos dos son los que pueden experimentar libremente en vivo y llevar los acordes y melodías a otros niveles, porque saben el sustento que hay tras ellos.

Después de ver a Radiohead uno se va a la casa más inspirado, con ganas de ser distinto, más creativo y jugado. Y sobretodo, con la sensación que has visto a la banda más creativa de las últimas décadas.

Alguien escribió por ahí que Radiohead son los auténticos herederos de U2, lo que me parece una mezquindad horrorosa. Porque los de Oxford no están para suceder a nadie, ya que ellos han creado un estilo, una marca dentro de la historia de la música. No hay definición para la música que hacen, pero si se puede señalar claramente a los que han absorbido su carrera.

Si para verlos en vivo hubo que esperar demasiado, sus presentaciones valieron la pena cada minuto que pasó desde su debut. Y si vuelven, nuevamente estaremos ahí para cantar a todo pulmón “You don't remember, you don't remember Why don't you remember my name?”. Tal como lo hicimos en "Paranoid Android", el punto más alto y el cierre del show del día 27 de marzo. Fecha que recordaremos hasta que los tengamos enfrente nuevamente.