lunes, 8 de junio de 2009

La Fiesta Interminable

En un show cargado de alegría, Café Tacvba ofreció una presentación de tres horas en el Teatro Caupolicán en el marco de la gira “20 años 20 ciudades”. Los Tres se hicieron presente en la celebración para tocar junto a sus pinches mexicanos.

La excusa de la visita de Café Tacvba, el pasado viernes 5 de junio al Teatro Caupolicán fue la celebración de sus 20 años de carrera. Y se puede hablar de pretexto porque cada vez que vienen a Chile los oriundos de Ciudad Satélite, en México, saben que la fiesta está asegurada. Para nadie es nuevo el cariño recíproco que existe entre la banda y nuestro país, cuestión que saltó a la vista con el recinto de la calle San Diego repleto, no sólo de personas si no de felicidad.

El show comenzó puntualmente a las 21 horas para culminar exactamente tres horas más tarde. Y aunque muchos podrán pensar que 180 minutos es suficiente para el repertorio Tacvbo, eso no es cierto. Aunque tocaron más de 30 canciones, por lo menos quedaron fuera del set list unas 10 canciones más que son éxito seguro. ¿Existe otra banda en el mundo con tamaño repertorio?
Rubén, Meme, Quique, Joselo y el baterista de apoyo saltaron al escenario para dar iniciar el espectáculo con canciones cargadas a las guitarras estridentes como “La 9”, de Revés/Yo Soy, donde los cuatro Tacvbos terminaron dándole a las percusiones, “El Borrego”, “Pinche Juan” y “No Controles”. En seguida, el saludo correspondiente por parte de Rubén (Cosme, Gallo Gas, Elfego Buen Día o como prefiera llamarlo) quien bromeó con la coyuntura pandémica y anunció “la mala influencia del Café Tacvba”.

El set continuó con éxitos asegurados de los mexicanos. Sonaron (no estoy seguro si en este orden) “Rarotonga”, “Qué Pasará” fusionada con “Recuerdo prestado”, “Puntos Cardinales”, “El Baile y el Salón” (en su versión original no la que acostumbran en vivo) “Amor Violento”, “Esa Noche”, “Ingrata”, entre otras.

Punto a parte para la representación de “El Espacio” donde Rubén Albarrán terminó cantando encaramado sobre una especie de burbuja de nylon que ya se la quisieran los Flaming Lips. También hay que destacar la puesta en escena con cuatro pantallas leds que acompañaron cada momento y una especie de espiral iluminado que se posó en el costado derecho del escenario. Y como buena fiesta de cumpleaños, no faltaron los globos que bajaron desde la platea para adornar aún más la celebración.

Musicalmente, no hay nada que se le pueda criticar a Café Tacvba. Son capaces de pasearse por distintos estilos y tempos. Van desde la calma alternativa de “Recuerdo Prestado” hasta el jolgorio punk-ska de “El Fin de la Infancia”, transitan desde la tristeza contenida y transformada en belleza de “Esa Noche” al anhelo enamoradizo de “Quiero Ver”. Es decir, para todos los gustos. El karaoke generalizado lo confirmó.

La fiesta era completa, solo faltaban los amigotes quienes se hicieron esperar hasta el final para aparecer. Álvaro Henríquez, Titae y Ángel Parra llegaron cuando ya habían transcurrido más de 2 horas de concierto para dar vida a “Olor a Gas” junto a sus compinches del Norte. Con dos grupos de públicos muy similares la ovación no se hizo esperar. La noche estaba completa, así nos lo recordó Rubén (“compraron tickets para un recital, no de hospedaje”) sólo quedaba el cierre perfecto con la unión de “Chica Banda” y “El Ciclón”.

La vida gira y da vueltas, los Tacvbos cumplieron 20 años y pronto estaremos junto a ellos celebrando nuevamente la alegría de su música. Ver a los mexicanos en vivo es plata segura, al regresar a casa la sonrisa está garantizada.